No tenía pensado el regreso a este blog, o al menos no por un tiempo de por lo menos este año, pero la verdad es que no puedo dejar este diario así como así, sobretodo después de lo ocurrido. Lo sucedido en la ciudad que me acogió merece que escriba algo, pues raramente este blog es facilmente encontrado en Google, y si con ello puedo enviar un mensaje a todos los que lleguen aquí, qué mejor.
Reproduzco el mensaje que dejé ese día en el otro blog, donde escribo habitualmente.
Hoy escribiría algo por el día de la Independencia, y tenía pensado subir un video emblemático de lo que representa el país. Sin embargo, no puedo, simple y sencillamente no puedo, cuando mi hogar, mi antiguo hogar, está siendo destruido por los rugidos de la delincuencia.
Hace poco más de 24 horas, la ciudad que me acogió cuado más la necesite, aquella que me dio una oportunidad de vida, el empleo del cual he aprendido lo que se, y una vida de aprenizaje; a grandes rasgos, la ciudad que fue mi segundo hogar, Morelia, tuvo un atentado terrorista similar los de Colombia. La verdad es que unas horas antes, varios amigos reporteros estabamos en Presa de Gobierno, discutiendo sobre unos correos que nos llegaron sobre amenazas durante el grito de Independencia, una supuesta masacre en la Explanada de los Héroes o algo similar, aquí en Monterrey, y la verdad es que como me toca cubrir al gobernador, me emocioné y quizá por primera vez en mi profesión, sentí miedo. Sin embargo, esto no sucedió en Monterrey, sino en Morelia.
Hoy que veo las imágenes y que contacté a mis amigos de Michoacán, me han dicho que incluso a ellos, los reporteos de allá, el miedo los corroe. Algunos buscan emigrar, otros sencillamente no saben qué hacer. La verdad es que la situación del país es la misma en distintas latitudes. Al ver las imágenes del lugar donde paseaba los lunes, donde tomé fotogrfías cientas de veces para desestrezarme o sencillamente donde me ponía a esperar el transporte que me llevaría a casa, una rabia, odio y coraje se apodera de mi ser.
Veo el discurso del presidente Calderón, y doy varias lecturas a él, algunas en las que concuerdo y otras en las que veo bastante hipocrecía, pero no sólo veo hipocrecía en él, sino en muchos otros. Para mi, mucho de la situacón de inseguridad depende no sólo del mandatario federal, sino incluso de la misma sociedad. No soy mucho, sólo un joven reportero, pero un joven reportero que desde su trinchera va luchar contra la inseguridad, y no marchando por la paz, luciendome como muchos otros, sino como se debe.
Es así como hoy, sumándome a las voces de miles, millones quizás, me sumo a la lucha contra la delincuencia, los secuestros, el narcotráfico y el crimen organizado, pero no sólo repudiándolo, sino haciendo acciones contra él desde mi trabajo. Cuestionaré a funcionarios hasta que den respuestas, tratando de forzarlos a hacer acciones que ayuden a los que no tienen voz ni la oportunidad de ser escuchados, con mis acciones no me importa golpear a quien golpee. Esa es mi decisión y mi acción, porque esto no suceda ni en Morelia, ni en Monterrey o en ninguna otra ciudad. Nunca mi determinación fue tan fuerte, y esta vez, no permitiremos que se salgan con la suya, y no permitiremos que nos callen como con el locutor de Tabasco.
Por uno que caiga, que se sumen cientos....