lunes, 23 de abril de 2012

"Ay diosito, que no la vaya a regar"

La vialidad aledaña a la Arena Monterrey se paralizó como aquellas noches en que el recinto se viste de gala para recibir a bandas internacionales o artistas del furor juvenil, sin embargo, contrario a esos eventos, todo alrededor pintaba tricolor. Era la primera visita de Enrique Peña Nieto como candidato presidencial a Nuevo León.

No importaba el tumulto de gente que atravesar a golpes, no importaba que los botes de agua que entregaban los organizadores estuviera a temperatura ambiente, y no importaba el incesante sol que no cedió un solo minuto: los militantes priistas buscaban acercarse a aquél que dice cumple sus compromisos y que pretende recuperar la silla presidencial para el Revolucionario Institucional, ese partido que dominó la nación por 70 años.

Dentro todo es fiesta y algarabía. Los 15 mil asientos con que cuenta capacidad el recinto lucen abarrotados, incluso esos de “cancha” que oscilan en miles de pesos en los conciertos y que hoy son ocupados por funcionarios de primer nivel, líderes sindicales o incluso personal de logística del gobierno estatal. No cabe ni un alfiler, mucho menos ciudadanos sin partido que quisieran oír el discurso de uno de los presidenciales para así, finalmente, dejar de ser uno de los millones de votantes indecisos.

Buenas noticias para los asistentes: Peña Nieto arriba al punto 20 minutos antes del cenit, hora prevista para el arranque del evento. Malas Noticias para aquellos que tienen prisa: el candidato demora 30 minutos en llegar hasta el templete donde ya lo esperan desde los candidatos a diputados federales y senadores hasta el propio gobernador Rodrigo Medina, que señalando ser domingo, se reporta al partido.

La esposa de Peña Nieto, Angélica Rivera la ahora eterna Gaviota, no llega sola, arriba con su hija Sofía, quien a pesar de portadas de revistas a todas luces aparenta sus tres lustros de vida.

Al llegar al templete, Peña Nieto agradece, inhala airey alza los brazos saludando a los distintos grupos que acuden al evento, incluso aquellos que resaltan de entre la multitud.

“Les saludo porque ha sido una gran sorpresa para su servidor aquí en Nuevo León a los encopetados que empiezo a ver en varias partes del país, encontrarme con estas señoritas engalanadas de Nuevo León, muchas gracias”, expone, refiriéndose a jóvenes que con cabello de latex en forma de peinado impecable vitorean al candidato, y a un grupo de mujeres que agitan incansablemente aves blancas de unicel, refiriéndose a la que desean sea la primera dama de México, a lo cual Rivera y su hija aplauden y graban con su IPhone.


Sin embargo, algo ya menguó el evento de Peña Nieto. Previo a su intervención, la cual es la segunda según el programa, algunos priistas se mueven de su asiento y buscan salida. Son apenas las 12:20 pm. Para el minuto 7 de su mensaje de 20 minutos, el candidato trata de ignorar la salida de tricolores a su espalda, y comienza a recitar los compromisos con los neoleoneses.

Es la única forma en que permanezcan en sus lugares. “Ay diosito, que no la vaya a regar, y si la riega, se le perdona pues”, señala una mujer, quien parece no parpadear al tener a unos metros al ex mandatario mexiquense. Pero Dios parece no escucharla, Peña confunde la Cuenca del Pánuco con la del Pánico, al referenciar el sitio de donde traerán agua para el proyecto Monterrey VI. La mujer cierra los ojos durante unos segundos, como quien nota el error, pero calla, como si de esta forma nunca hubiese existido.

El evento concluye a las 12:49 pm. Apenas Peña Nieto se despide y la gente se abalanza sobre las puertas y salidas, aún y cuando su candidato permanece en el estrado saludándolos. Mejor decide pasar a la foto con los candidatos, quienes ya hacen fila. Afuera, el sol no ha cedido, pero sí la gente. Con lo que pueden se tratan de cubrir del astro rey. Unos usan cartones, pero al ver las cámaras comienzan a saltar y a buscar atención.

Es cuando aparece una niña que al no alcanzar su fotografía con el candidato y su esposa, cumple su sueño guajiro al estar a su lado dentro de la televisión. “Justo como en la tele”, grita la pequeña, mientras el candidato ya se ha ido, pues aún restan 14 estados por visitar en 66 días de campaña.