domingo, 16 de agosto de 2009

De mi alma gemela

Hace unos minutos estaba chateando con Sandra, una buena amiga con la cual me identifico mucho, sobretodo en el aspecto amoroso. A veces me ve con una mirada de extrema sorpresa, pues pareciera que le leo la mente cuando pocos no la entienden, y es porque prácticamente pasamos por lo mismo.

Hace un rato, en completo estado de ebriedad, ella empezó a cantar y a sacar cancion tras canción, después empecé yo y desempolvé unas que sinceramente ya no recordaba. Raul Ornelas siempre fue y es un poeta que más que pluma, tiene voz para decir lo que siente y lo que muchos sentimos. Yo recuerdo haber dedicado muchas veces sus canciones cuando estaba en Michoacán, e incluso aún ahora, a tanto tiempo de aquella fatídica mañana que pareció eterna, recuerdo bien esos sentimientos que por extraño o común que parezca no puedo borrar.

Estaba escuchando algunas canciones de Ornelas como "Quien te dio permiso" (recuerdas cuando le agrabamos quieeeen eeehh quieeeeen :-p )"que bendicion", alguna otra vez "las cartas sobre la mesa", aunque hubo una que no se si alguna vez te lo dije, pero me hubiera gustado que fuese la canción con la que abrieramos el baile en nuestra boda: "No te espantes".

Al volver la vista atrás, veo tan claro como aquél entonces el amor y el que eras tu mi alma gemela, mi otra mitad, mi otra parte. Tu prima una vez bien me lo dijo "para superar esto puede llevarte años" y no mintió. Posiblemente ya ni me recuerdes ahora, o ya no pienses en mi, y eso quizá es algo de lo que mas me entristece y me da coraje, pero más que contigo, conmigo, porque ¿cómo es posible que tu sí puedas seguir con tu vida, y yo no?, ¿porqué si fuiste tu la que se equivocó, sigo pagando yo por ello?, y sobretodo esa pregunta que estoy seguro moriré sin conocer la respuesta, ¿porqué hiciste eso?

Cuando hace unos minutos escuché la canción y cerré mis ojos, no fue difícil que las imágenes que ya había imaginado de nosotros volvieran a mi cabeza. Nosotros bailando, hablando y diciendonos que por fin lo logramos mientras reíamos, cuando al mismo tiempo todos los invitados lo pensaban, y en que nos veíamos tan felices, tan radiantes, y de fondo esta canción.

Ojala pudiera como tu olvidar y cerrar ese capítulo, pero por lo que sea, por una extraña o quizá no tan extraña razón, no puedo.