El equipo de mis amores, el América, ha quedado campeón. Es indiscutiblemente el mejor equipo del torneo, y aunque coronarse no fue fácil, ha sido el campeonato que más he disfrutado.
Pero vaya, ¿cómo no hacerlo cuando derrotas a uno de los némesis por excelencia?, ¿cómo no cuando se estuvo contra las cuerdas tanto tiempo y justo con el último suspiro de fuerzas dar el golpe certero para recuperar el espíritu y dar marcha atrás?
Este torneo fue mágico. Quedamos en segundo lugar general; sólo perdimos tres partidos; obtuvimos el triunfo en los tres Clásicos; vencimos al entonces Campeón Xolos con 2 hombres menos; fuimos la mejor delantera; Chucho Benítez quedó campeón de goleo. Si a eso le sumamos el corazón y garra en la Liguilla, junto con el estrés de la final cuando te expulsan a un jugador de forma inmerecida, y enseguida te meten un gol; sumado a que anotes al minuto 89 y que tu portero meta gol al 93, uufff, eso es magia.
Por eso es que el futbol me acaba de dar una felicidad que poco recuerdo. Esos goles, esa tandas de penales, los grité como poco he gritado algunos goles desde que tengo memoria. Hoy nadie puede decir, sobre todo por esa gran Final, que compramos el torneo o la Liga, y es por eso que sabe tan bien este triunfo, porque pese a quien le pese y duélale a quien le duela, nos lo merecemos, y con eso, se llega a 11 campeonatos.
Es por eso que esa felicidad efímera, que dura tan sólo unos momentos, días, semanas, perdurará por meses y años al convertirnos, junto con Chivas en el equipo con más campeonatos en México. Aunque la diferencia con el mayor rival es abrumadora hoy.
Por eso y más, hoy más que nunca llevo en el pecho los colores del América, y porque esta es la primera Copa de mijo :-D
Foto 1: Con la cheve que compré para la Final. Tal para cual.
Foto 2: Con los compas y mijo. Campeonísimos.
Foto 3: Collage resumiendo la Final, del suelo al Cielo.
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Foto 4: La gloria consumada. Que hermoso es el fútbol.
Foto 5: El pilón... jajaja la chivita se vistió de todos, y ni así.
