Bien, les dije que Chávez y yo íbamos a hacer un desmadrito periodístico - turístico en territorio poblano y en efecto, lo hicimos. Pasamos mil penurias, sobre todo económicas, pero siempre he enorgullecido que un reportero jamás morirá de hambre y la fortuna le sonreirá la mayoría de las veces debido a ese valemadrismo y arrojo con que viajamos.
Un día espero regresar, con más tiempo y dinero.