Una vez, hace muchos años, pensé en que este blog pudiese alguna vez convertirse en una especie de entidad viviente con la que pudiera charlar y me enseñara cosas que, habiendo olvidado en el presente, me recordara lecciones para el futuro aprendidas en el pasado.
Un ser que a través de escritos me señalara el camino a seguir, y si de paso está el hacerlo a alguien más, pues qué mejor.
Sin embargo no se ha convertido del todo en ello, pues desde hace años los escritos no son constantes. ya ni lo propongo de propósito, porque se que difícilmente lo cumpliré. Pero sobre todo hoy a mis 32 años y con una vida no tan nuevecita, me doy cuenta de simples lecciones que pueden quedar aquí, y sin importar momento, tiempo, década, o tipo de Israel que lea esto, son lecciones que ayudarán.
Este 2016 será decisivo en mi vida; sí, pero al igual que este 2015, al igual que cada mes, semana o día. Está en la decisión diaria el curso de toda una vida. Vivamos cada jornada como si fuera la última, pero con la sabiduría de aprender como si fuéramos a vivir un siglo entero.
El arrepentimiento es el peor sentimiento del mundo. No poder dar marcha atrás es uno de los dolores de cabeza más grandes en la raza humana; pero aprender a no pedir dar marcha atrás es uno de sus mayores logros.
Este video engloba muchas cosas para este 2016, porque aunque fracasemos, qué mejor manera hay de vivir.