martes, 9 de enero de 2007

Largo viaje al paraíso


Entre los libros que traje de Monterrey se encuentra uno del periodista español Albrto Vázquez-Figueroa, titulado "Largo viaje al paraíso", es de los años 50's y la casa editorial que lo publicó, misma que cerró 3 meses después de su publicación, tan sólo editó 600 ejemplares. Dicho libro me recuerda mucho sobre mi vida y la de mis dos mejores amigos. En innumerables ocasiones el periodista (tocayo a fin de cuentas) hace frases o comentarios que bien recuerdan en mi mente pasajes que he vivido o sigo viviendo, como este:

Un vapor cruzó a lo lejos y se perdió hacia el sur. Por la bandera me pareció frances, y durante un rato me entretuve en adivinar su destino y lo que pensarían los pasajeros que desde cubierta hubieran visto nuestro pequeño yate anclado junto a los arrecifes.

Tal vez alguno de ellos, ignorante, pudiera confundirnos con un barco de pesca, pero debía de desconocer por completo las cuestiones náuticas, pues a nadie podría ocultarsele que el "Vikingo" era un precioso yate de línea inconfundible.

Quizás algún otro, más imaginativo, supondría que éramos un grupo e traficantes de estupefacientes que nos encontrábamos en plena faena, y esole haría forjar, alrededor nuestro, una pequeña historia. De lo que sí estaba seguro es de que a ninguno se le ocurriría que éramos tres locos que estábamos dando la vuelta al mundo, sumergiéndonos en todos los mares que encontrábamos a nuestro paso.

Aquello me hizo pensar en nuestro viaje y en los que habían quedado atrás. Traté de imaginar que allí, en Barcelona, Madrid, en Canarias, todo continuaba igual y la vida seguía su curso como si nosotros no contáramos, y me pareció imposible.

Apenas hacía dos meses que habíamos iniciado el viaje, y ya todo mi mundo anterior me parecía algo confuso y lejano, como un sueño. Sonreí al pensarlo; la verdad es que meses antes tampoco hubiera podido imaginar mi actual situación, y sin embargo aquí estaba. Era una tontería, pero todo aquello me hacía gracia.

Gonzalo se volvió hacia mi.
-¿De qué te ríes?- preguntó, extrañado.
-De nada- le dije-. Pensaba en todos los que quedaron allí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola, podrias mandarme una foto o escaneo de la portada para añadirla en
http://www.ruyman.eu/avf%20bibliografia.htm