Luciendo su bella forma con ropa nada discreta caminaba por reforma una rana muy coqueta. En las fiestas o reuniones era un exito rotundo pues de falda o pantalones alocaba a medio mundo. Si por la calle pasaba armaba una mitotera pues lo que mas fascinaba era su hermosa cadera.
Pero un sabado en la noche un ruletero borracho le rebano con el coche las dos tocayas de nacho. Oh santa clara bendita oh terrible desventura ¿que va a hacer esa ranita sin su preciosa figura? Y sin pensar un momento que existen las malas rachas se arrojó en el pavimento para rescatar sus nachas, y al bajarse de la acera para colmo de tristeza un autobús de primera le rebanó la cabeza. Ahí está la moraleja que tú aprender necesitas nunca pierdas la cabeza por unas bellas nachitas
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