miércoles, 11 de marzo de 2009

Viaje al DF

Hace una semana me encontraba en plena sierra, en la carretera hacia Toluca, redactando notas y esperando un conejo asado. Pero antes de seguir creo que lo correcto es decir qué estaba yo haciendo ahí en medio de la nada.

Justo hace una semana la Comisión Estatal Electoral (las vueltas que da la vida, yo trabajé ahi hace 3 años capacitando funcionarios de casilla) organizó un viaje al DF y el Estado de México para ver las empresas que hacen material electoral, y yo fui el elegido del periódico para lanzarme a ese viaje de dos días. Obviamente me emocioné, pues contacté algunas amistades que memoría por ver y conocer. Lamentablemente algunas no pudieron responder, pues parece ser que la lejanía que hemos tenido en los ultimos meses y porque no decirlo, hasta años, han borrado esos números telefónicos. Pero por fortuna otros siguen en pie. Tania no pudo responder, pero Rosh sí, y a decir verdad, no tenía tiempo para atender a más de una amistad en la capital mexicana, por lo que mi decisión fue la acertada.

Madrugamos y me gustó ver que el reportero de TV Azteca a ir al viaje era Chuy, mi antiguo compañero de viaje de la facultad, y además Sandra, del canal de gobierno y buena amiga también iría. El viaje fue cansado pero muy reconfortante. La tarde del primer día de viaje la tuvimos libre y caminamos con Rosh como guía por el centro histórico del DF, yendo por varios puntos de la ciudad, de una ciudad que hace varios años me moría por conocer y que finalmente pude ver, y comprendí la magnitud de la ciudad más grande del planeta.

Entre los sitios que visitamos se encuentra el Palacio de Bellas Artes, edificado por uno de los presidentes y hombres que más admiro, Porfirio Díaz. Él fue uno de los que lucharon por la libertad mexicana, pero con el tiempo y su prolongado estatus de poder, hizo que éste lo corrompiera al grado de olvidar de dónde vino y los motivos de su lucha. Fue uno de los que hicieron mucho por México, modernizándolo, pero también le hizo mucho daño, algo que cualquier ser humano puede lograr.

Este recinto es en verdad increíble, me dejó con la boca abierta y eso que no pudimos observar sus obras, así que no me quedó más que tomarme una foto en el recinto creado por el General Díaz.

Luego de ahí anduvimos por varios sitios, entre los que destacan el monumento a Benito Juárez, en donde dos inmensos leones de marfil custodian la "tumba" del símbolo de que todo mexicano puede superar todas las barreras y llegar a convertirse no sólo en el hombre más poderoso de la nación, sino dejar su huella en la historia de la misma.


... yo me vi zurcando el horizonte en ese león de marfil, recordando un cuento de Alemania en donde ese enorme felino, igual de blanco, protegía de todas las desdichas y los males a cierta doncella. Esperé que cobrara vida... pero nunca lo hizo, quizá por la multitud que transitaba en las arterias de asfalto que antes fueron riachuelos en la antigua Tenochtitlan.

Anduvimos por el Paseo de la Reforma, no sin antes cruzar por varios monumentos y sitios, como la Torre del Caballito, el edificio de la Lotería Nacional y el mejor periódico de México: El Universal. Lo vi y desee un día poder entrar y también poder trabajar para él, sería creo yo un logro excepcional, pero no se si mi destino es ese, y aún y cuando no creo mucho en el destino, tampoco se si podré forjarlo a modo de que un día escriba y relate historias, dandole voz a los sin voz para El Universal.
Luego llegamos al Monumento a la Revolución y buscando el sitio en donde Juan Camilo Mouriño, Secretario de Gobernación, murió tras su accidente de avión en pleno corazón capitalino. Fue así como anduvimos por el Paseo de la Reforma, jugando en sus bancas con figuras tan surrealistas como la mente de los viajeros.

Aquí tratando de imitar la figura del "jocker".
Y nuestra busqueda de la tumba de Mouriño prosigió por el DF, hasta llegar al Ángel de la independencia, en donde nos tomamos una foto al estilo "Noticiero Informativo" jaja. Claro, después de eso saltamos, gritamos y vitoreamos por todas esas veces que no estuvimos ahí celebrando el triunfo de la selección mexicana o de mis Aguilas del America. Rosh nos llamó turistas, pero nosotros nos sentimos de lo mejor.

Luego regresamos al hotel y yo fui a pasear un poco más con Rosh a solas. La verdad es que fue difícil dejarla, pues me hubiera gustado platicar más tiempo con ella. No la había visto desde hace casi año y medio, cuando fue a visitarme a Michoacán. Tras despedirnos tratamos de ponernos ebrios en el hotel, pero dos cervezas fueron suficientes para irnos a la cama tras la desmañanada del viaje.
Al día siguiente me levanté temprano y en lugar de ir a desayunar al hotel decidí recorrer en solitario el centro histórico del DF. Pasé catedral, el Templo Mayor y recordé cómo los españoles ejecutaron la cultura que hoy aún lucha por respirar una ligera brisa para seguir subsistiendo.

Sin embargo, eso no fue nada por lo que visite. El "punto cero" es el sitio en donde los primeros Aztecas vieron con sus propios ojos el águila real devorándo una serpiente. Hoy en ese sitio se encuentra una estatua que representa el momento en que los indígenas se vieron recompensados por su fe al observar el designio divino. Esa estatua y ese lugar lograron en mi lo que tantos viajes no pudieron, ni siquiera Teotihuacán o Monte Alban, pues imagine ese sitio y esa escena, en la que el águila devoraba la serpiente.

Y obviamente no resistí el tomarme la foto en el emblemático sitio.

El viaje de placer terminó prácticamente ahí, pues después de eso regrese al hotel, nos tomamos algunas fotografías y partimos rumbo a las empresas con material electoral.

Luego de algunas fotografías en el balcón del hotel, partimos rumbo a dichas empresas, lamentandome el no haber ido a comprarme un diploma pirata que me acreditara como "piloto kamikazee" o de "hipnotista profesional", que segun me hubiera costado 50 pesos.
Cerca de las 6 de la tarde estaba, como dije a inicio de la entrada, redactando mis notas para tratar de enviarlas en el aeropuerto, pero lamentablemente no tuvimos chance, pues parece ser que el conejo que pedí (y los demás platillos de los 20 que ibamos) no se encontraba ahí, y tuvieron que cazarlo. Para ser sinceros no me supo como el conejo que probé en Teotihuacán, el lugar donde los hombres se convierten en dioses.
A las 8 pm llegamos al aeropuerto de Toluca, y a las 8.30 partimos rumbo a la ciudad de las montañas. Yo iba al lado de Sandra y aunque cansados, no entiendo como teníamos aún energías para bromear. Yo pedí una XX Lager y sandra se me quedó viendo y me dice "eso no es de Dios, Isra", pero yo le conté que me sentía más cerca de Dios por la altura, y que el primer milagro de Jesús fue multiplicar el vino de una boda, ante lo que me dijo "entonces fue el primer sonsacador de la historia", a lo que respondi, "lo dudo, pero sí el del Nuevo Testamento" (si pudimos ser herejes y que, igual ya me gané el infierno).
Llegamos a Monterrey como a las 10 de la noche y apurado llamé al periódico, pues llegaría a él a las 11 de la noche para pasarles las notas y redactar una que me faltaba, pero afortunadamente me dijeron "no isra, envialas de tu casa". Eso hice y finalmente descanse en mi hogar dulce hogar.
Este fue un viaje de negocios envuelto con placer, pero que sin lugar a dudas fue mágico y divertido. Las demás fotos (como 135 jaja) así como unos videos están en el Facebook, y ahora estoy cargando el video chido en Youtube, asi que pronto seguirá aquí.
P.D. Rooosshhh veeee, creo que recuperé mi chispaaa y mi ínspiracióoonn :-D (bueno... espero que se quede jaja).

1 comentario:

Israel dijo...

si rosh, tienes razon, esta entrada no es nada comparado con lo que escribia

:-(

ojala pronto recupere la inspiración que sigue perdida