domingo, 12 de julio de 2009

Recordando y homenajeando

Ultimamente he tenido días raros, días en que mi yo interno malo domina y días en los que se calma. Cuando esa calma está de pronto una furia regresa. Hoy estoy calmo, y aunque con una bebida en la mano, y recuerdos en mi mente, se vienen a mi dos fragmentos de poemas del buen Pablo Neruda, a quien homenajeo hoy.

Siempre he pensado en qué habrá tenido que pasar un poeta para escribir tal o cual cosa, o simplemente si habrá pasado lo mismo que todos, pero tiene la facilidad de describirlo al grado de que quede impregnado en el tiempo.

He aquí las huellas imborrables:

Si me preguntáis de dónde vengo tengo que conversar con cosas rotas, con utensilios demasiado amargos, con grandes bestias a menudo podridas y con mi acongojado corazón (fragmento de No hay olvido)

Así, pues, de lo que recuerdoy de lo que no tengo memoria,de lo que sé y de lo que supe,de lo que perdí en el caminoentre tantas cosas perdidas,de los muertos que no me oyerony que tal vez quisieron verme,mejor no me pregunten nada: toquen aquí, sobre el chaleco,y verán cómo me palpitaun saco de piedras oscuras (fragmento de No me pregunten)

1 comentario:

Israel dijo...

Quiero que sepas
una cosa.

Tú sabes cómo es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.

Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.

Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.

Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.