jueves, 6 de diciembre de 2012

29 o El inicio del ocaso según los Mayas

Así es, son 29, y no hay fecha que no se llegue ni plazo que no se cumpla. Si los Mayas no mienten, éste es el último cumpleaños que paso en su calendario, y si el mundo moderno no miente, es el último cumpleaños en la faz de la Tierra (nótese que son cosas distintas los Mayas y el mundo moderno).

Llegar a esta edad es fácil, lo que no es sencillo es llegar cuerdo, jaja. Tantos momentos y añoranzas hacen que uno poco a poco se torne maduro, pero a la vez es imposible ser la madurez andando.

La verdad es que vida aún tengo, y mucha, o al menos eso espero, peeeeero si Diosito o ls Mayas quieren, pues ¿qué puede hacer uno contra sus designos divinos y medios terrenales?

En fin, como cada año hago un diagnóstico de mi vida, pero este año al releer los anteriores, me doy cuenta de que es muy parecido cada año, y la verdad qué weba, pero al mismo tiempo, pienso más en las vivencias del día con día, que son los que me traen a este momento.

Son las pequeñas cosas de la vida las que siempre he disfrutado, y hoy la verdad me siento pleno, completamente pleno.

Tras varios intentos y reproches, Liz finalmente me convenció de festejarme, aunque era más mi antojo de una carne asada con alitas picositas a las brazas y con papa al carbón y nopalitos con queso manchego derretido; que finalmente se convirtió con unas Negra Modelo y Noche Buena y piñas coladas en el festejo 29 de este intento de escritor y reportero.

El ver a mis papás y hermanos, convivir con mis suegros y cuñados, ver reír a mi esposa con ellos, mientras los hombres hacíamos la carne; probar la salsa borracha estupenda que hace mi esposa; y sobretodo ver a mis sobrinas jugar con Toñito, es increíble. Ver como Vanessa lo cuidaba como hermana mayor, y como Viri le ofrecía pastel y jugo, y el otro chiquitillo comiendose todo, es lo mejor jajaja.

Pero aún mejor es ver en ese momento descansando tras la pachanga adelantada cómo mi esposa revisaba el reloj de reojo, y al dar la medianoche, que me abrace y me robe tremendo beso, que su abrazo sea tan cariñoso y su "te amo" en el oído saquen las mejores sonrisas de mi vida, eso definitivamente no tiene precio.

Eso se complementa con otros logros que poco a poco me han ido costando. Hoy escribo desde la redacción de Multimedios Televisión y Grupo Milenio, algo que quizá a principios de mi carrera profesional veía muy lejano, pero que hoy es una realidad. Este trabajo quiero cuidarlo, pues me ha costado llegar aquí, pero con el apoyo de los mios, se que voy empezando una etapa en mi vida, un nuevo comienzo, o como bien lo dicen los mayas: una nueva era.

Felices 29 Israel, el próximo año das un nuevo paso a la década venidera, los 30's !!! (aay nanita)

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