lunes, 16 de julio de 2007

La Ruta Quetzal - 3ra parte

Este día de la Ruta debo admitir que como me pedían crónicas, tuve que entrar en ella como si fuese uno de los viajeros, y cometí un pequeño error que los periodistas no deben hacer jamás, pero que los cronistas deben realizar como tarea diaria: entrar en la historia. Sin embargo, lo hice, y creo que de todos los días que ácompañé a la Ruta Quetzal fue el que más disfruté. Al final del día, terminé aplaudiendo y coreando como todos los expedicionarios, y en ese momento, justo en ese preciso momento, mi pecho tembló y el sentimiento de la Ruta se apoderó de mi. En ese momento me di cuenta que yo era parte de la Ruta Quetzal.

La Ruta Quetzal (3ra parte)

Salvador Escalante, Mich.- El astro rey aún duerme, y los gallos que anuncian el inicio de un nuevo día aún se encuentran sumergidos bajo un letargo. Sin embargo, se escucha un bullicio en el campamento de los jóvenes de la Ruta Quetzal, ese sitio que se convirtió en su morada, en su cueva y en su guarida desde su llega a la zona lacustre de Michoacán. Esa zona que recordarán por el cariño de su gente, el tiempo libre para compartir con sus compañeros, bailes y danzas típicas con coloridos vestuarios, esa zona de ruinas arqueológicas y nidos de culturas indígenas abandonados.

Uno a uno los jóvenes se levantan, observan su tienda y salen para respirar el aire fresco que es arrastrado por el lago, ese mítico lago del que muchos sólo escucharon por leyendas y que un día antes pudieron contemplar con toda su majestuosidad. Salen y van al baño, y poco a poco al despuntar el alba, los jóvenes se unen para darse un baño. Unos lo prefieren con la manguera de los bomberos, otros, aprovechan y hacen tres cosas a la vez: lavan su ropa, su cabello y su rostro.

Rápidamente terminan como si fuese un ritual diario y se forman para obtener un desayuno bajo en grasas pero alto en proteínas y energía que necesitarán los adolescentes para mantener esa energía que los caracteriza. Toman pan, fruta, y algo de leche, y se sientan a comer mientras el sol se postra sobre sus cabezas. Es hora de partir, de desmontar el campamento, y como todo viajero, partir con los recuerdos de jornadas inolvidables, esas jornadas que han quedado en el pasado más no en el olvido.

Cada uno sube a su autobús, mismo que parte rumbo a Salvador Escalante, mejor conocido como Santa Clara del Cobre. Una vez que llegan, los jóvenes son recibidos por una rondalla, que parece haber llamado la atención de los viajeros y de alguna que otra nube que amenaza con lloviznar encima de la ruta, pero que prefiere seguir su camino y descargar sus gotas en otra latitud. Aquella rondalla a muchos les recuerda sus hogares, sobretodo al ofrecer melodías españolas, mismas que hacen en los jóvenes un estallido de emociones, que se reflejan y transforman en aplausos.
Pito Pérez y la Reina del Cobre llevan de la mano a los jóvenes viajeros para que sean testigos de una de las demostraciones artesanales más importantes de Michoacán: el martillado del cobre. Sin embargo, no es cualquier martillado, pues cuando pequeños de entre 9 y 11 años salen y comienzan a trabajarlo, las cámaras fotográficas no se hacen esperar por parte de los becarios, que transforman a los pequeños en artistas catapultados a la fama internacional.
Algunos becarios juegan con unos pequeños perros, otros prefieren conversar con los guardianes del orden, que tras ser víctimas del ruego europeo, acceden a enseñarle a los jóvenes como hacerle “manita de puerco” muy al estilo mexicano. Sin embargo, otros encuentran que de no resultar profesionistas en Latinoamérica o en Europa, pueden llegar a ser artesanos en Santa Clara, o al menos con mucha práctica, como expresa uno de los artesanos.

Los chicos, uno a uno, inician el trabajo del martillado del cobre, en donde toman las herramientas y golpean con fuerza, o al menos la que les dio el pan, la fruta y la leche que consumieron horas antes. Otros prefieren hacer soplar el fuego para calentar el cobre.

Escritora en puerta
Tras cumplir su maratónica tarea, dejan el taller y acuden por las calles del pueblo, lo que los hace recordar situaciones pasadas, propias y ajenas a la ruta. Ese es el caso de Patricia Romero, quien estudia el segundo semestre de bachiller en España, justo en las Islas Canarias. Ella obtuvo la beca al hacer un cuento sobre la ruta, por lo que su imaginación se puso a volar y terminó obteniendo la victoria junto con otros 150 jóvenes, de los cerca de tres mil que participaron en el país vasco.

“Justo ahora estaría en clase de Química, con el tío que no me pone atención” – comenta mientras cruza por una tienda de artesanías en el centro de Santa Clara. Y como toda buena escritora y viajera que se precie, afirma que desde iniciada la ruta se ha convertido en un ritual el hacer su diario de viaje. Un pequeño escrito que con cada paso y cada letra, va formando un libro, que aunque un poco incrédula, manifiesta espera poder un día publicar, justo como todos esos viajeros que alguna vez lo han hecho, transmitiendo sus vivencias, sus pesares y alegrías a todos aquellos que lean sus memorias. “Definitivamente me gustaría ser como Neruda, aunque lo dudo” – expresa entre risas la pequeña Patricia.

El Don Juan jamaiquino
Pero no todos los becarios tienen entre sus dotes el escribir un diario de viaje y aspirar a ser el próximo Neruda, Paz o García Márquez, otros prefieren simplemente disfrutar la vida. Michael Griffiths es un joven jamaiquino, obtuvo la beca de Ruta Quetzal mediante un ensayo sobre la relación entre Jamaica, España y México. “20 páginas son muchas” – afirma con un semblante en el rostro, un semblante lleno de dolor y aburrimiento, pero el semblante cambia por alegría cuando completa – “pero seguro que ha valido la pena”.

Michael es el menor de seis hermanos, y estudia el bachiller en Jamaica, pero a pesar de su juventud, la vida lo ha hecho madurar. “Quiero ser médico, porque…pues porque mi madre falleció hace cinco años…quiero ser médico” – responde con una mirada perdida, más no triste, sino llena de esperanza.

Según el jamaiquino, lo mejor de México y sobretodo de Michoacán ha sido su gente. “Chico, lo mejor de lo mejor ha sido el recibimiento en Zacán” – recuerda Michael, quien dice que entre sus amigos mexicanos le invitan a venir a México a buscar esposa, casarse y formar una familia. “Y la verdad es que qué mujeres tan guapas tiene México, pero pues, yo tengo novia en Jamaica” – carcajea Michael, quien dice que jamás dejaría a Cristal, si novia; o al menos no por ahora.

Sin embargo, al salir del recinto, las candidatas a Reina del Cobre de Santa Clara lo acosan, lo buscan y lo abrazan. “Nos tiene miedo” – gritan las chicas, mientras el jamaiquino, con un semblante de tranquilidad y una seguridad galante llega y las saluda de beso, desmintiendo los rumores. De pronto empiezan a aplaudir, y uno de los guías de la ruta comienza a tararear una melodía. Michael, como buen caribeño, inicia el movimiento de sus caderas, y estira una de sus manos hacia una de las candidatas, quien le demuestra que los dotes bailarines no son característicos solamente de aquella zona del mundo. “Ah, Michael y su baile, siempre lo hace, como sabe que le funciona con las chicas” – comenta una de sus compañeras becarias, quien califica al jamaiquino como el Don Juan de la expedición.

Alrededor hay alegría y felicidad. Un sinónimo de que la fiesta de la ruta llega y continúa. Los sentimientos positivos se contagian alrededor, y tanto los que se van como los que se quedan sienten el gozo de relación entre personas que a pesar de la distancia y las costumbres que los dividen, existen los sentimientos de felicidad que los unen a través de la Ruta Quetzal.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

heyyyy niñooooo ke roiooooo

ps k niceeee

sta bn xido lo de la ruta qetzal


ke groovy!!!! n_n

y psss kuidece mi wwerkoooooo

se t extraña babozooooo!!!!

jajajaj

bezozzzz

byezz

XD

Anónimo dijo...

Otro tipo de redacción, wow!!


No poos.. seee.. ya se involucro musho.. jajaja.. pooos está shidou que lo vivas, lo sientas y te adentres.. difrutalo, tu sueño dorado!!!....



PD. quiero conocer a Michael jeje :p

Israel dijo...

Jaja y esta redaccion es mia eeeehhhh, 100% miaaaa. Ah y luego te presento a michael, es bien sencillo el chavo, jajaja.