miércoles, 19 de marzo de 2008

Lo que el viento no se llevó...

Ayer fue un día sumamente raro en mi Monterrey, amaneció y el cielo estaba rojizo, con mucha arena: se debía a un incendio cerca de la casa. Mi mamá me llamó cuando aún estaba en la cama, muy asustada por cómo es ella. Yo bajé y me di cuenta de toda la polvareda; muy apenas se veía el sol, y la verdad es que durante todo el día no pude verlo.

El día de ayer un fenómeno muy muy muuuyy raro azotó la ciudad. Fuertes vientos de más de 120 kms por hora destruyeron la ciudad, dejaron sin casa a muchos, sin su fuente de empleo a tantos otros, algunos murieron y bueno, para muestra basta un botón: el 42% de los usuarios habían perdido la energía eléctrica en toda el área metropolitana.

En la casa estaba rarísimo, escuchaba como el viento arrasaba por la calle y prácticamente arrancó el árbol del patio. En las calles, los vecinos clavaban algunas láminas para que no salieran volando. Por la tele se veían muchas cosas, pero lo que más me impresionó fue cuando un anuncio de los que te dicen el límite del municipio de Mty con Guadalupe se tambaleaba y de pronto cayó, sin embargo, cayó justo encima de un camión de pasajeros, dejando lesionados a unos 30 usuarios.

Yo veía a muchos reporteros cubriendo el caos en la ciudad, a unos los tenía que agarrar gente de Protección Civil para que no se cayeran durante las entrevistas. Entre esos reporteros había varios amigos, y en más de una ocasión me dieron unas ganas tremendas de salir a la calle y hacer ese trabajo. Recorde hace unos años, en el 2005, cuando llegó el huracán Wilma y en pleno huracán me salí a una abandonada ciudad de Monterrey a tomar fotos. Pero esta vez no pude.

Hoy por la mañana Televisa Monterrey afirmó que el suceso dejó cuantiosos daños y que incluso la ciudad fue declarada con contingencia ecológica, pues las particulas del aire eran nocivas para la salud. Dijeron que fue un hecho que no se borará de la memoria de los regiomontanos. Hace unas 2 horas, la situación empeoró un poco, pues debido a los daños de ayer, una gasera a unos metros de la casa explotó. Yo estaba con mis papás en la puerta del cine, que esta a cinco minutos de la casa, y hasta ahí se observaban las llamas y las explosiones. Sin embargo, a pesar de los fuertes vientos, de los más de 200 anuncios espectaculares, de los trailers de doble remolque volteados de las viviendas y negocios destruidos y de las personas fallecidas, el aire no pudo llevarse mi dolor.

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