Hoy hace 40 años, un hombre que hoy es un símbolo para muchos, fue apresado y muerto al día siguiente. Su nombre: Ernesto Guevara de la Serna, mejor conocido como el Che. Ahora, después de años de su muerte y a tan sólo diez años de haber encontrado su cuerpo junto con el de otro hombres en Bolivia, en muchas partes del globo se le rinde homenaje. Sin embargo, es una pena que para muchos jóvenes, sea un símbolo, sin saber en verdad lo que es en realidad, y que ahora su imagen ilustre banderas de equipos, pantalones, mochilas, morrales y boxers.
Este espacio, aunque pequeño, quiero escribir un poco sobre su vida, que siempre fue en vista de mejorar la vida de aquél que menos tenía, no se conformaba con el mejorar la vida en su nación, en su región, sino en todo el mundo o hasta donde pudiera. De jóven, partió por América Latina en un viaje con su mejor amigo, y fue en ese viaje donde descubrió las injusticias que hasta hoy en día perduran. Como médico, colaboró en los distintos ejércitos, y poco a poco fue convirtiéndose en el guerrillero y leyenda que es actualmente.
Unido a Fidel Castro, liberaron a Cuba del régimen en el que se encontraba (sin saber el régimen al que someterían a la isla) y después partió al Congo, combatiendo en el Continente Negro, para volver a Bolivia y ser apresado el 8 de octubre de 1967 y fusilado al siguiente día. Su cuerpo fue encontrado hasta 1997.
Recuerdo que cada que volvía de alguno de mis viajes, veía la película Diarios de Motocicleta, y mi espíritu aventurero, viajero e idealista salía a flote, y deseaba no haber vuelto de viaje, pues al igual que el Che, antes de ser esa figura, he conocido la injusticia, he visto en la mirada de cada persona historias de muerte, pobreza, traición, injusticia, dolor, pena, sufrimiento; pero también historias de esperanza, de fuerza, de batalla y sobretodo de victoria.
Así como Ernesto Guevara, hay muchos héroes, que lo único que buscan es el bienestar del próximo, ya sea aquí o en el otro lado del mundo. Pero al igual que el Che y otros heroes, ninguno es eterno. Cada uno pelea desde su trinchera y aunque tenga presente que yo no podré hacer mucho por cambiar el mundo, sigo siendo el jóven idealista que viajó por México, y combato esas injusticias desde mi trinchera.
Hay una historia de ese viaje por América Latina, en donde el Che conoció un grupo de campesinos que fueron despojados de sus tierras y tuvieron que separarse por el bienestar económico. Guevara recuerda esa como una de las noches más frías de su vida. No encontré ese video, pero subo este otro, el último rostro, entre sombras, es el del campesino. También subo la canción compuesta cuando Fidel leyó la carta de despedida de su amigo, el ya entonces Comandante Che Guevara.
Hasta siempre
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