jueves, 17 de mayo de 2007

De cuando fui estudiante

Hoy lleve ropa a la lavandería y como me la regresan en bolsa transparente pos me lleve una mochila en donde poner la ropa. Yo iba desde la casa a la lavandería, y tome la mochila, esa que habia llevado a la facultad varias veces, pero que no me gustaba mucho por ser muy grande. En la combi me dio curiosidad y abrí la mochila, que no abria desde hace fácil un año y medio.

Abri las diferentes bolsas y vi que tenía varias cosas: un gafette de las elecciones en el 2003 en Nuevo León, cuando trabajaba para TV Azteca, unos tazos, mi horario de clases Agosto - Diciembre 2003 (rayado como todos) y como olvidar, aun estaba Horacio, la mascota de "Los que nunca ganan", nuestro equipo de futbol de la Facultad. Pero sobretodo vi una libreta de las que daban a inicios de semestre, dice "Comunicación, veinticinco años, 2003". Esas libretas casi nunca las utilice en las clases, porque eran muy chicas. sin embargo, parece que esa si la utilicé.

Cuando la abri algunas hojas estaban pegadas, y otras aún se notaba tinta fresca, aunque hace años escribí lo que dice ahí. Pero sobretodo recorde que a pesar de los pesares, sí me tocaron buenos maestros en la Facultad. Uno de ellos fue Leyva. Criticado por muchos e incomprendido por otros, recuerdo que una chava tonta una vez me dijo, "con ese maestro ni aprendes, ni dicta nada, ni vemos libros, ni apuntamos nada"; en realidad con Leyva veíamos la política diaria, lo que aparecía en los medios, y es cierto, no apuntabamos nada, al menos los que no querían. Ese maestro te platicaba estrategias políticas que te dejaban con la boca abierta, y situaciones de presidentes pasados que afectaban el actual gobierno. Yo recuerdo sus clases como aquellas a las que adoraba entrar, pues me hizo interesarme por la política.

Todo eso se me vino a la mente cuando en la hoja de mi libreta vi un escrito de sus clases, uno que dudo que aquella compañera haya escrito porque Leyva no era como los demás profesores. El escrito dice:

Mi abuelo, al tomar la copa, me hablaba de Juárez y de Porfirio; Soto y Gama, y los Flores Magón. Mi padre, al tomar el café, me hablaba de Zapata y de Villa; de Madero y Don Venustiano....yo me quedé callado, ¿de quién podría hablar?

Octavio Paz
Hay momentos en que digo que la Facultad sí valió la pena.

No hay comentarios: